el pinacate

Qué me cuentas y otros cuentos...

sábado, noviembre 25, 2006

Las nuevas leyes

Por: CONSTANTINO DE TÁRNAVA

Héctor desnudaba a la recepcionista que trabaja en su oficina y que se sienta exactamente enfrente de su cubículo, donde todos los días la puede observar sin que ella se de cuenta, se besaban no con amor sino con demasiada lujuria, el empezaba a bajar la mano para poder alcanzar lo que siempre había deseado cuando de repente comienza a oírse un escandaloso ruido. -Demonios¡¡¡ ¿Qué es eso?? ¿Es música? Creo que es Rock¡¡ Si, si es¡ es una rola de “Vana-nir”¡¡ Empezó a la mitad? Esta muy fuerte¡¡ - pensó. Ella retiró la mano de Héctor con un gesto de molestia por aquel escándalo que los interrumpió y se volvió a poner su tanga de Superman. Héctor despertó y el escándalo seguía a todo volumen en su radio despertador; todo exaltado, espantado, excitado y enojado estiró su brazo para terminar con esa canción que al locutor de una estación ilegal se le había ocurrido poner exactamente a las seis de la mañana, volteó a todas partes y le bajó el volumen apresuradamente ya que en esos días esa clase de música está prohibida¡¡ Sólo se podía escuchar lo que las estaciones de radio legales programaban¡¡

Héctor se masturbó para reponer su sueño interrumpido, se bañó y salió de su casa rumbo a su oficina con sus audífonos puestos, escuchaba “radio ilegal”, al pasar por enfrente de un policía tuvo que correr a una callecita para esconderse y no pasar por la inspección de radioescuchas, ya habiéndola librado pasó con el “megahertz”, tipo que le surtía música imposible de conseguir en México debido a la “Ley Radiofónica” que castigaba severamente a aquel que escuchara algo ajeno a lo que las 53 estaciones de radio concesionadas existentes pusieran (todas programaban exactamente las mismas canciones).
Llegó a su cubículo en la oficina, miró de reojo a la recepcionista y puso su radio¡ En la oficina sus compañeros no toleraban que pusiera su música “rara” y prohibida y cuando la ponía Héctor no se salvaba de que lo voltearan a ver como si fuera un mugroso cuando en las canciones decían palabras como: “desmadre”, “marihuana”, “puto”, “fuck”, “espíritu”, “conciencia”, etc. Esa misma gente no se inmuta cuando pasa en frente de una farmacia de superdescuento con unas mega bocinas a todo volumen en la calle tocando música legal con frases gritadas a todo pulmón tales como: “En donde les gusta a las mujeres¡¡¡¡¡¡¡¡” y se oyen unas voces femeninas contestando “aquí, aquí¡¡¡¡¡¡¡¡”, o a un tipo gritando acerca de una mujer que tiene “tremendo c*lo”¡¡¡¡. –La ley es muy extraña en estos días- piensa Héctor.

Se dirige al área de Recursos Humanos de donde lo mandaron llamar por medio de un correo electrónico, siempre que mandan llamar de ese Departamento no es exactamente para buenas noticias. Entra y se encuentra con la jefa de área que no pasará de los 22 años y duda que haya acabado la preparatoria, a la izquierda en un mueble se encuentra un radio tocando la ultima ley impuesta cantada por una tipa llamada “Kira-sha”, misma rola que repiten mínimo cada hora y si recorremos todas las estaciones la podemos escuchar consecutivamente 24 horas al día¡. Regañan a Héctor comentándole que no puede tener esa clase de música en las instalaciones ya que han tenido reportes por parte de la Dirección de Zona y que de seguir con esa actitud “rebelde” tendrían que proceder con la anulación de su contrato¡¡. -“Rebelde”, ya ni esa palabra tiene el mismo significado y valor que tenia antes de que llegaran las nuevas leyes- pensó.

Regresó a su lugar y apagó su radio, la compañera de al lado era una gorda de 24 años que aparentaba 34 o mas y que todo el día se la pasaba escuchando un programa con un nombre vulgar (“vos-hue”) y con una locutora a la que la gente le hablaba para preguntarle con mucha fe cual es la compatibilidad entre su signo zodiacal y el de su pareja, haciendo caso y confiando ciegamente en la respuesta de dicha mujer manipuladora de masas¡¡
Héctor por fin salió de trabajar y fue directo a recoger a su novia a la escuela, se oye ridículo pero le gustaba atorarse en el tráfico para poder poner su estación ilegal y poder escuchar su música sin que nadie se lo prohíba, solo tenia que estar al pendiente de las patrullas radiofónicas ya que las multas por no escuchar en el auto el programa “Las 40 cipales-prin” son exageradas¡¡.
Afuera de la escuela de su novia estaba una camioneta promocional de una estación de radio legal, se encontraba rodeada de “estudiantes”, señoras y gente que iba pasando y les regalaban cosas como vasos, calcomanías o botones que aventaban al aire y hasta golpes había para alcanzar el objeto¡¡ (parecía que estaban echando carne a leones con una semana sin comer). Varias quinceañeras rodeaban a un tipo que parecía ser el locutor sólo para que cuando les acercara el micrófono gritaran como desaforadas el nombre de la estación, dicho acto provocaba un espantoso sonido a través del aparato radiofónico lo cual Héctor no podía entender como no prohibían ese daño a los oídos humanos.
La novia de Héctor subió al automóvil y en cuestión de hora y media llegaron a la casa de los padres de ella, estos no le hacían mucho caso y preferían al hermanito menor debido a la clase de “porquerías” que escuchaba ella en “radio ilegal”; simplemente no lo entendían. –Esta situación en el DF ya se esta yendo demasiado lejos- se dijo Héctor.

Aproximadamente a las 10 de la noche llegó a su casa fatigado de tanta cautela que necesita tener para poder sentirse un poco libre, se lavaba los dientes cuando de repente unos golpes casi tumban su puerta¡, - Abra¡¡¡ Somos la PFR¡¡¡¡¡¡ (Policía Federal de la Radio) Tenemos orden de aprehensión para el Sr. Héctor ¡¡¡¡¡¡¡- gritaban. Entraron y con lujo de violencia lo llevaron ante un juez. Héctor fue arrestado, enjuiciado y condenado a prisión por los cargos de “promoción del antisocialismo” y “quebranto a las nuevas leyes de la Radio”.
- ¿Cuál es su nombre?¡¡-
- Héctor Wal-ko-
- ¿Como se declara?¡¡¡
- Culpable su Señoría
- Póngame aquí la fecha y siga a los oficiales¡¡
México D.F. a 10 de Noviembre del año 2006.